GRUPO DROMEDARIO

No todo va a ser vino. Hoy, como ayer y como mañana, me acompaña una taza de café El Dromedario. Bueno, me ha acompañado toda la cuarentena. No es lo mismo un expreso en cafetera de presión, en cualquier cafetería al uso, que uno extraído en la cafetera de casa, esas de rosca italiana, que lo mismo haces un buen café que una taza de caldo de pescado.

Café Dromedario se funda en 1871 en Santander. Su creador es D. Antonio Fernández Baladrón, quien le diera nombre a la empresa y que no ha dejado de funcionar desde entonces, considerándole el café de Cantabria por excelencia.

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El grupo cafetero GRUPO DROMEDARIO está constituido por Café Dromedario, Cafés Pozo y Cafés La Tostadora. Su mercado abarca Cantabria, Asturias, Galicia, Castilla-León, Madrid, País vasco, Navarra, La Rioja, Cataluña, Andalucía…

Durante mucho tiempo, muchos años, he trabajado en una afamada cafetería donde se llegaban a consumir 15 kg de café en grano diarios. Esos son muchos cafés. Se me hinchaba el pecho de orgullo cuando el cliente me decía que le hiciera yo el café, porque no le sabía igual que el que le hacían otros compañeros.

De repente El Dromedario cambia de manos y la familia Baqué se hace cargo de la empresa. Empiezan a dar cursos de formación para baristas, para empleados de Hostelería. Tenían muy buen producto y solo faltaba que llegase en las mejores condiciones al cliente final.

Entonces me di cuenta que no tenía ni idea de hacer café. Me salía bien de casualidad.

Desde entonces predico el buen hacer para el buen producto. Detrás de cada caso siempre hay un por qué. Descubrirlo e interesarme por ello, me hizo descubrir un mundo nuevo e infinito en base al café. La importancia de cada acto, de cada paso en su elaboración, hacían posible una sonrisa de satisfacción en cada cliente.

Descubrí la importancia de las cuatro M: 

Materia prima, de primer orden, sabiendo procedencia, elaboración, tueste…

Máquina siempre a punto, limpieza, temperatura…

Molino y punto de molienda del café, tan importante para saber extraer lo mejor de cada gramo.

Mano de la persona que lo elabora; siendo el resultado final, totalmente diferente según la mano que lo hace.

Por eso hoy, un día cualquiera de la cuarentena, me acuerdo que siempre me acompaña una buena taza de café Dromedario; porque no todo va a ser vino.

Por Alfonso Fraile

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