Hemos Comido…en Carrejo, en la antigua bolera, antiguo bar-restaurante-tienda que concozco desde los 12 años. Hace un par de ellos cambió de manos y sufrió una limpieza de cara.

Septiembre 2010. Anteriormente famoso por el chorizo frito con patatas, la asadurilla, la carne guisada, los quesos frescos y un largo etcetera.También servían un blanco en «cacharras» muy bueno. En vez de pedir los blancos por vasos se pedían por cacharras, una botella de tres cuartos, de sección cuadrada. Hoy en día sigue en la misma línea, pero con una importante remodelación. Desde el comedor, hasta la situación de las mesas en el exterior, un lugar perfecto para comer a la sombra de un platano, en verano por supuesto. Y hoy por lo menos yo no he visto las cacharras. Tiene una amplia carta de raciones a muy buen precio. En esta ocasión estabamos picoteando por Cabuérniga, uno de nuestros tradicionales siempre fue la Bolera, así que nos acercamos a tomar un par de raciones y  nos encontramos con este cambio. Decidimos probar, pedimos chorizo con patatas y unas albóndigas, nos hemos quedado con ganas de boronos pues se habían terminado.

El borono está considerado como un preciado manjar para pasar el invierno, Cierto es que cada vez cuesta más encontrarlos y son muchas las personas que jamás han oído hablar de ellos. Morcillas, chorizo, salchichas, sobrasadas y otro montón de embutidos se llevan todo el protagonismo, pero quizás aquí nos encontramos con la primera curiosidad. El borono no se puede considerar un embutido, porque a diferencia de los mencionados anteriormente, no se embute dentro de tripa del animal. El borono es muy similar a la morcilla porque incorpora ingredientes comunes como la sangre, la cebolla, o algunas especias, pero a diferencia de la morcilla, el borono no se embute dentro de una tripa de cerdo. ¿Entonces? ¿Cómo adquiere su consistencia? Bueno, pues la clave y gran diferencia estriba en que se amasa la sangre junto con harina de maíz hasta que se obtiene una masa consistente. Tras una o dos horas de reposo, se amasan pequeñas bolas ligeramente elípticas, a las que se incorpora un poco de grasa de cerdo en su interior, y se cuecen al igual que las morcillas y en su misma agua, durante unos minutos hasta que estén en su punto.

En esta ocasión se les habían acabado y no pudimos probar este derivado del cerdo tan típicamente cántabro, otra vez será.

El chorizo estaba muy bueno, servido en una cazuela de barro muy caliente y en el fondo patatas que van tomando el sabor al chorizo conforme pasa el tiempo, un chorizo fresco de muy buena calidad.

A continuación tomamos unas albóndigas, de buen tamaño, media docena, acompañadas de unas patatas que nadaban en una salsa muy bien ligada y de buen sabor. La carne de las mismas muy bien hecha, no con textura tipo puré como suele ser en la mayoría de los casos. A mí me gustaron mucho, de las mejorcitas que he tomado últimamente. En resumen, el lugar muy agradable. El servico muy atento. El precio muy bueno. Nos quedamos con ganas de comer más cosas, pero hay tiempo para volver.

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Ángel 90 39500 Carrejo 942702623

 

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