Hemos Comido…en este restaurante regentado por Eduardo Pardo, una instalación eminentemente funcional, acorde con un restaurante que forma parte del equipamiento de un moderno museo de contenido científico, el llamado Museo del Hombre o Domus.

Un apellido con solvencia culinaria en La Coruña, Pardo Gago. Porque Eduardo, su chef y responsable, es hijo y nieto de la tradición culinaria del puerto coruñés, hijo también de una de las primeras innovadoras de la cocina gallega. Eduardo Pardo, jefe de cocina de Domus, ha sabido revisitar la cocina típica gallega con gran acierto y absoluta maestría. En el Restaurante Domus de La Coruña encontramos una carta inconfundiblemente gallega, pero con el necesario punto de modernidad y elegancia requerido para alejarse de la cocina tradicional, tan abundante en la zona y en la que tan difícil es abrirse un hueco con nombre propio. Domus complementa la oferta gastronómica de una ciudad en la que se agradece, de vez en cuando, alejarse de las raciones de pulpo a feira y de raxo. Para quien no conozca el Domus, diré que está emplazado en el edificio en que se encuentra uno de los más afamados museos científicos coruñeses, La Casa del Hombre, el Domus, un proyecto del arquitecto japonés Arata Isozaki, que diseñó una enorme vela de pizarra que mira al mar del Orzán, como hacen todas las mesas del restaurante, de manera que uno come contemplando un fantástico paisaje marítimo-urbano.

Con un salón apto para acoger a 130 personas y con unas soberbias vistas a la playa de Riazor, el Restaurante Domus es un sitio óptimo para rematar una reunión, agasajar a un cliente u organizar un evento de empresa. Los que no sean de la zona agradecerán la base eminentemente gallega de la carta, mientras que tendrán la oportunidad de saborear una cocina elaborada, bien presentada e igualmente bien servida.

De entrante tomamos una vieira a la parrilla con tomates asados, espárragos trigueros, y almejas de Carril a la plancha con aceite y limón, los dos platos impresionantes, resueltos con una maestría espectacular, las almejas con un sutil toque de limón, cítrico que sueleo despreciar en la mayoría de los pescados y mariscos, en este caso no serían lo mismo sin ese toque. La vierira impresionante, también he de decir que la vieira es uno de mis platos fetiches, siempre y cuando no sea al horno. de segundo yo tomé San Martiño a la gallega, asamos el lomo del San Martiño a la brasa y acompañado de una crema de patata, ajada gallega y guisantes de vaina pelado, me gusto muchísimo, el san martín es tambien uno de mis pescados favoritos. Mi mujer tomó de segundo mero con grelos, cachelos y pil pil de ajada. Un taco de mero al vapor sobre unos cachelos y grelos y una ajada pilpilead, tuve la desgracia de probarlo, me gustó incluso más que el San Martín, en resumen una velada increible.

 

 
 
 
 
 
 

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