Hemos Comido…en el Parador, en Bulbuente, un desayuno en toda regla y, por cierto, no éramos los únicos.

Siempre dijo mi padre que «Es de bien nacido ser agaradecido» y para mí, encontrarme en medio de la nada con una gente tan agradable y dispuesta es suficiente. Y si además son capaces de tener una oferta gastronómica decente, pasan a mi registro de lugares a repetir. Esto fue lo que me encontré en Bulbuente, carretera Soria – Zaragoza, una bar pegado a una gasolinera a primera hora de la mañana.

El Parador de Bulbuente

A la vista el producto emblema de Soria, el torrezno, del que ya había alguno dando buena cuenta, un buen desayuno.

El Parador de Bulbuente

Yo le eché el ojo a una longaniza, que me hicieron a la brasa en bocata también caliente. Resultó una delicia, de él di buena cuenta. Mi acompañante se conformó con un café, yo al café siempre que puedo lo acompaño con algo sólido, y ya levaba un rato buscando algo abierto donde desyaunar.

El Parador de Bulbuente

El Parador de Bulbuente

En una mesa había un comensal con pinta de cliente habitual desayunando una oreja y unos callos, y en otra mesa otros dos comensales tomando el torrezno.

El Parador de Bulbuente

El personal que me atendió, fue encantador y muy diligente.

El Parador de Bulbuente

Aquí teneis un sitio donde parar y tomar un tentenpié en condiciones.

Por El Mule

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