Hemos Comido…en este bodegón situado en la Calle Bonifaz donde tienes una variopinta oferta de restaurantes todos de diferentes estilos, siendo este un digno heredero de los antiguos bodegones tradicionales.

Es la típica bodega, con mesas de madera, algunas de ellas muy largas, y que te ponen picoteo y platos para compartir.

En la última ocasión nos acercamos después de la Cabalgata de Reyes un montonazo de personas niños y bebes incluidos, hacía un día horroroso y fue lo que más cerca pillamos. Pedimos unas ocho raciones, dos de picoteo de ibérico, dos de croquetas, dos de albóndigas y dos de jijas (picadillo), y unas cuantas botellas de Lan. Las primeras que nos sirvieron fueron las de ibérico, no llegué a probar nada pues los críos estaban muertos de hambre y volaron, pero la pinta era buena. Las croquetas también estaban buenas de esas si logré abalanzarme sobre una y probarla.

Las albóndigas las degusté ampliamente, venían acompañadas de unas patatas, puedo asegurar que en pocas ocasiones he probado unas patatas fritas con tan mal sabor, por supuesto eran congeladas, pero no sé con qué estaban fritas para que el sabor fuera tan horroroso, las albóndigas yo juraría que eran de lata pues eran de ese picado indefinido «requetepicado» que las caracteriza y con los típicos guisantes que suelen acompañarlos en las latas. Bueno, en resumen, las albóndigas eran horrorosas.

Las jijas, acompañadas de las mismas patatas que las albóndigas parecían salchichas desmigadas y no se asemejaban en nada a las que suelo consumir habitualmente, de sabor cero, ni a pimentón ni al ajo que suele acompañarlas. Bueno el picoteo fue un «éxito», eso sí, nos cepillamos unas cuantas botellas de Lan. Al final nos metieron un leñazo apoteósico, no sé si porque bebimos un montón o porque no lo controlamos y se pasaron. Eso sí, estaba lleno y comimos en la barra.

El servicio de la barra muy poco agraciado en cuanto a amabilidad. La verdad es que este sitio a mi no me gusta nada, eso sí, el aspecto del local me encanta. Siempre que entro o me asomo está lleno, bueno la realidad es que para gustos se han hecho los colores, es un sitio pintoresco y como quedan pocos.

Por cierto, he encontrado un post que define el local mucho mejor de lo que yo lo pueda hacer y no puedo reprimirme a la hora de copiarlo en este artículo:

«Saludos, pobres incautos que querais pasar una buena noche de cena y fiesta con vuestros amigos y se os ocurra ir a cenar a Javi Quintanilla en Santander…. Y en el caso de que sigais con la idea de ir, os recomiendo que no perdais el tiempo en ir y reservar por teléfono, por no podreis, eso si, en persona no vais a tener ningún problema……., bueno, hasta que llegueis a cenar, porque seguramente otro habrá ocupado vuestra reserva y se habrá sentado en vuestra mesa, y ya vereis la gracia que hace tener mesa para ocho para las 22h, haberla reservado en persona a las 21:15, (porque dijeron que no reservan por tfno) y cuando llegueis para cenar todos de buen rollo, os digan como me pasó a mi, que otros ocho que habían llegado antes, se han sentado a vuestra mesa, y cuando pidas explicaciones, te digan que no quieren saber nada, pero que esperes porque los ocho que se acaban de sentar en TU MESA, se van a levantar en 20 MINUTOS!!!!!!. De todas maneras, no os preocupeis, porque siempre os quedará la opción de ir a cenar de GOURMET a TELEPIZZA.

Un abrazo al cuello al simpático camarero y su encantador compañero.»

Escrito por Eduardo Guerrero en minube

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