En el año 2001 salió un reportaje en un periódico de Cantabria, hablando sobre la intención de recuperar la tradición vitivinícola.
Parece que nadie lee los periódicos, pero no es cierto. Tal es así que este reto fue recogido por un padre y un hijo en el valle de Valderredible.
Se les encendió una luz. Por qué no hacer vino en unos terrenos familiares que estaban abandonados desde los años 50, con buena pendiente y suelos muy pedregosos y calizos, poco aptos para el cultivo de otras especies, pero idóneos para el cultivo de la vid.
Analizando los terrenos que tenía la familia, se decantaron por la zona de Arenillas de Ebro, con suelos en pendiente, calizos, arenosos, con rocas y muchos fósiles, bien orientados al sur para su mayor exposición al sol. En fin, un sitio de manual para la elaboración de vinos. Altas temperaturas durante el día y muy bajas por la noche. El sueño de cualquier viticultor para elaborar buenos vinos.
Un día se presentaron en la Consejería de Agricultura, con el proyecto bajo el brazo y la mayor de las ilusiones en las venas.
Al principio como finca experimental. Después, al no estar incluidos dentro de la zona vitícola que amparaba la Indicación Geográfica Protegida Vinos de la Tierra de Cantabria, con más problemas que soluciones. No sabían qué hacer con ellos. Valderredible también es Cantabria, fuera de los llamados Vinos de la Costa y fuera, por supuesto, de vinos de la Tierra de Liébana.
Se ha dejado fuera la que posiblemente sea la mejor zona de Cantabria para el cultivo de la vid; por su clima, por su suelo, por la falta de lluvias, carencia de humedad, los pocos tratamientos fitosanitarios con el consiguiente ahorro económico, etc., etc., etc. Y sabiendo del interés de esta familia, así como otros que lo han intentado después, seguimos dejándoles fuera de nuestra IGP.
En estos momentos tienen poco más de 4,30 ha de viñedo, repartidas en cuatro parcelas, de las cuales, las dos más grandes están dedicadas a la variedad Tempranillo (unas 3,70 ha); la mitad de estas viñas tienen 15 años, de donde sale su crianza entre otras pruebas. La otra mitad de estas viñas tienen cuatro años, dedicadas a vinos jóvenes.
Las otras dos parcelas más pequeñas están plantadas de variedades blancas para la elaboración de vinos blancos, siendo las principales Godello y Viognier.
Su idea de proyecto no es una bodega al uso, es hacer un centro de enoturismo, donde más de la mitad del centro se dedique al turismo de la zona y al ocio; su mayor inquietud es potenciar Valderredible, donde hay muchísimo “patrimonio olvidado” y sin catalogar, como los petroglifos; vincular a los primeros pobladores que se afincaron a las orillas del río Ebro. Ya en el Códice de la Colegiata de San Martín de Elines hay referencias sobre la existencia de viñedo en el valle de Valderredible; lo mismo que muchas referencias a las viñas en términos municipales de diferentes pueblos de la zona: cuesta las viñas, las viñuelas, etc.
También hay yacimientos romanos en Santa María de Hito de incalculable valor que nos podrían dar muchas pistas de viñedos en la zona durante la época romana.
Como dice Gustavo: “Me gustaría que la gente, que visite nuestras viñas y nuestro centro de enoturismo, sienta una experiencia diferente a las grandes marcas o grandes destinos de vino…nos encantan nuestro valle, la historia y nuestros antepasados…”
Estamos convencidos que tras estos años de constancia y tesón, nos deleitarán con muy buenos vinos tintos y blancos. Tienen suelo, tienen orientación, tienen clima; pero sobre todo, tienen ilusión y ganas.
Según la RAE, el enoturismo es: “modalidad de turismo basado en desplazamientos a entornos vinícolas con el propósito de conocer, disfrutar y compartir experiencias en torno a la Cultura del Vino”.
El Proyecto CAMESíA nace en un entorno vinícola que se recupera, Nos consta la existencia de viñedos en el valle tras el hallazgo de un codice del siglo XVI:
“El señor en este comedio por las viñas va a caçar
Anda valles y oteros caza non puede trobar
Trae cansada la bestia los canes quiere folgar
El azor anda gritando por amor de se çeuar”
El proyecto será un centro enoturístico referente a lo largo del valle de Valderredible, desarrollado a orillas del rio Ebro y con la peña Camesía como faro y referencia.
El valle, los viñedos y el centro enoturístico generarán una experiencia global y única en torno a la cultura, la naturaleza, la gastronomía y el vino
El sur de Cantabria…también existe.