Asubio se ha convertido en un vicio, es como un bucle que se repite muchos domingos.
No un bucle al cien por cien, pero hay raciones en raras ocasiones se perdonan, como el salmorejo y los callos.
También solemos tomar un roast beef que nos chifla.
Pero esta vez la estrella han sido unos garbanzos de cuaresma con huevo, bacalao y espinacas. Sabrosos, tiernos y enteros, mejor imposible.
Y por supuesto los callos a los que estamos suscritos.
La tarta de higos y el flan, un final de comida de diez.
En otra visita el otro comensal repitió de nuestro imperdonable salmorejo, esta vez en un formato más clásico, pero yo me abstuve.
Se me presentó la oportunidad de tomar una crema de garbanzos con foie, una receta original de Hilario Arbelaiz del restaurante Zuberoa, y que plasma con grandiosidad Nacho, una interpretación diferente, aunque con la misma base, una delicia.
Como principal el otro comensal tomó un arroz al wok que le encanta, con verduras y romesco.
Para mí media de rabas, que más bien son chipirones, pero que me da exactamente igual como lo llames, lo único que sé es que están de vicio.
Los postres tampoco fallan nunca, ya que el sitio apuesta por la cocina sin gluten, mi acompañante flan y para mí fresas con yogur.