Hemos Comido…en La Hermosa de Alba, han sido cuatro veces en breve tiempo, por lo que no voy a hacer cuatro artículos diferentes, haré un pase fotográfico por cada una de ellas.
Hay que tener en cuanta que son dentro de una misma temporada y que hay raciones que se repiten, pero tengo claro una cosa: si repito es por que me gusta. En más de una ocasión la asistencia ha venido sugerida en casa, vamos que, no soy el único al que le gusta la cocina de Bilbao.
Pîparras, un vicio.
Lasagna de boquerones y encurtidos, sin palabras.
Cigalitas, hay que probarlas.
Gunkan de steak tartar, cuando empiezas no puedes parar.
Dados de merluza.
Abanico ibérico.
Torrija.
Restaurante La Hermosa de Alba Santander, toda la familia a comer.
Toda la familia de celebración, segunda visita.
Nos gustaron tanto la anterior que esta vez repetimos ración.
Gunkan de steak tartar, algo que resulta imperdonable perdérselo.
Morrillos de bonito, mi primera vez. Uffffffffff, de lo mejor en bonito de este año. Sabor de fondo limpio y potente, punto sublime del pescado. Productazo bien tratado. Hay platos que da pena que se acaben. He aquí un gran ejemplo.
Entrecote. Cocina desenfadada y mestiza, pasión, inquietud, producto y brasas, son los pilares de este chef.
Seguimos con asombro del devenir del menú, costilla asada, espectacularmente espectacular.
De postre, flan y chocolate.
La Hermosa de Alba, no me canso.
Este ya le conoceis todos, pero pienso seguir pidiéndolo, venga las veces que venga.
Tiradito de salmón, ají amarillo ahumado y panko, una novedad a tener muy en cuenta.
Chicharro al kamado, algas y puré de cebolleta, BRUTAL.
Churrasco a baja temperatura, carne en estado y sabor puro.
Los postres.
La Hermosa de Alba, cada vez luce más hermosa.
Un caldo de cocido montañés a modo de aperitivo.
El de siempre.
Repetimos de chicharro al kamado, algas y puré de cebolleta. Por algo será.
Terrina de cerdo confitada.
Mollejas, si las quieres las comes y si no no sabes lo que te pierdes.
Rabo, buena pinta, mejor sabrá.
El postre.
Espero que a la vista de este carrusel se os habra el apetito, yo ya os anticipo que mientras lo hacía no paraba de salivar recordándolo.