#DescubreLiebana es una acción privada cuyo propósito es potenciar el turismo rural en la comarca lebaniega y poner en conocimiento los recursos de la zona.
A través de la iniciativa de Jesus Prellezo y David Gonzalez, el proyecto continuó adelante de la mano de Luis Fernandez del Campo. Yo hice alguna aportación en lo que se refiere a la organización.
En el blogtrip participaron los responsables de las comunidades: Viajero Digital, Un mundo para 3, Anibal Trejo, El lío de Abi, ¿Dónde vamos Eva?, Teleaire, Vero4Travel, Cristymon, El Mule Carajonero, Trigorina 22, Tatsu Hattori, Igers Cantabria, Imanes de Viaje
Jueves
Todo comenzó el pasado jueves día 9 de mayo de 2019, quedando todos, y a la vez para hacer una visita guiada, en el Palacio de la Magdalena. Fuimos recibidos por Lola Sáiz, directora del Palacio, que nos dejó en manos de un versado guía con el que recorrimos todas las instalaciones. La mayoría de los participantes se desplazaron en coches de alquiler de Sixt que proporciono vehículos de alta gama con los que vinieron desde sus orígenes a Cantabria.
El Real Palacio de La Magdalena es un edificio situado en la península de La Magdalena, frente a la isla de Mouro, en la ciudad de Santander, fue construido entre 1909 y 1911 por suscripción popular para albergar a la familia real española.
Este primer día y la mañana del viernes la dedicamos a Santander con diferentes visitas y con intención de promocionar turísticamente nuestra ciudad. Aquí coincidimos con otro Blog Trip @DescubreSantander organizado por Postureo Cántabro y centrado en Santander, con el que compartimos más de una actividad.
La Cigaleña es un establecimiento con aire de taberna clásica muy recomendable y de visita obligada, sobre todo para los amantes del vino que quieren disfrutar de buenos y variados caldos, siempre elegidos por esta tercera generación de hosteleros; para acompañar a estos vinos con unas viandas de lo más apetecibles, siempre cocina de mercado y producto de lo más recomendable.
Después de esta primera incursión a la hostelería de Cantabria, cena en Bodega La Montaña, un espacio gastronómico entre dos mundos, Liébana y Santander, situado en Santander. Pilar, su dueña, es una de las embajadoras más prominentes de Liébana.
Caracterizada por elaborar una cocina clásica de calidad, es un local donde van de la mano cocina y bodega, siendo famosa por sus cenas maridaje y su cocido lebaniego. Su barra es de las más concurridas en la zona para tomar el aperitivo y fueron pioneros en el formato pinchopote.
La cena discurrió entre un alegre picote compuesto por rabas, queso de La Jarradilla, sus croquetas de cocido, langostinos, tartar de aguacate y cecina, etc.
Terminamos con un combinado en uno de los locales más de moda y donde sirven las mejores copas de la ciudad. Little Bobby se muestra en un formato Speakeasy, donde los protagonistas son los combinados y la coctelería clásica. Todo ello envuelto en un aire clandestino del Chicago de los años 20. Como aliciente añadido El Almacén de Little Bobby se convierte en un club de Jazz del Chicago de los años 20; podrás disfrutar de jazz, blues y funky internacional.
de aqui a dormir al Hotel Santemar.
Viernes
A primera hora, fotografía desde Cabo Mayor hasta la Primera y encuentro con El Tomavistas de Santander, que subió la grabación a la red.
A las diez habíamos quedado con Floren Bueyes, presidente de la Asociación de Cocineros de Cantabria, para que nos enseñara y nos explicara algunos truquillos para comprobar la frescura del pescado. A nadie le dejó indiferente esta visita a la plaza del mercado más llamativo de la geografía nacional, La plaza de la Esperanza, colorida, vistosa y repleta de gente, con una oferta infinita de pescado; un lugar donde entras y huele a fresco, a limpio, donde el color del pescado destaca en los mostradores como si de una joyería se tratara.
En muchos casos el marisco está vivo y en otros recién pescados. Atónitos observaban las transiciones que se reflejaban en la piel de los cachones. La oferta nos la presentó Floren con la calma que da el saber hacer y respondiendo a todas las preguntas. Incluso tuvimos actuación folclórica por parte de una pescadera saladísima que recurrió a la pandereta como reclamo para sus clientes.
Una vez terminada la visita, Show Cooking por parte de Floren Bueyes y Emiliano Martín: hígado de rape, bocartes, percebes, todo proveniente de los comerciantes de la plaza. Para acabar, unos hojaldres planchados de Eduardo Chapero.
Nos despedimos de Floren con pena y carentes de tiempo, ya que íbamos justos en el planing del día.
De aquí directos hacia Potes, donde habíamos quedado para comer y no pudo ser ya que llegamos casi dos horas tarde. Yo por mi parte comí acompañado de Jaime T. Leucoma. Paramos a comer un bocadillo en La Española, un nuevo descubrimiento gastronómico en Potes; nos pasaron por delante de las narices un cocido en puchero de barro y unos huevos fritos con chorizo y patatas dignas del Aga Kan, a las que tuvimos que renunciar por falta de tiempo. Eso sí, el bocadillo mereció la pena, lomo de Juanito frito, gordito y sabroso, con pan de verdad. Una vez calmados continuamos camino hacia Turieno.
En Turieno visitamos la quesería Cueva Santa, yo la había visitado recientemente. Un par de hermanos que se han lanzado a la producción de un queso nuevo en esta zona y con carácter propio. Un queso de vaca, de pasta lavada y prensado y otro también de vaca tipo Pido.
Una presentación y degustación de lo más amena. Contando con que la mayoría no había comido y que ya eran casi las cinco, resultó prácticamente divino. Por cierto, Jaime y yo sí que habíamos comido, pero nos siguió pareciendo un queso divino.
Esta alberga un auténtico tesoro histórico, y no son sus arcanos muros, algo que damos por hecho a simple vista, si no su exposición sobre El Beato, una manera de entender la sociedad de la época. La visita es obligatoria para todo el mundo que se acerque a Potes. Y al terminar siempre puedes tomarte algo a la orilla del río.
Ocupa actualmente las antiguas instalaciones de Bodegas Río Santo, Lusía. Juanfran es todo un personaje al que merece la pena conocer y que se atreve hasta con la ópera.
El vinagre ha pasado de ser un elemento más en la cocina, a ser un producto foodie o gourmet habiendo cada día más variedad.
Este, en concreto, está elaborado de forma artesanal sin ningún tipo de conservantes, ni elementos químicos y su maceración puede llevar varios años, dando lugar a vinagres de muy elevadas características gastro.
De aquí al hotel donde nos hospedamos y cenamos. El Hotel Infantado está ubicado en la localidad de Ojedo, término municipal lindante con Potes. Su enclave a las faldas de los Picos de Europa le ofrece una cantidad enorme de posibilidades para el ocio, el deporte, la excelente gastronomía a precios de antaño y como no, un abanico único para el disfrute de la naturaleza más auténtica.
Sábado
Al poco del desayuno, carretera hacia un nuevo destino. Sidra Tolina es una explotación familiar de sidra natural, elaborada con manzanas de los alrededores y de su propio huerto.
El lagar se encuentra en el Pago de Tolina, una finca situada en Vega de Liébana y de la que tenemos referencia desde el siglo XIX.
Se trata de una sidra totalmente artesana sin ningún tipo de aditivo y hecha con manzana autóctona. Gracias a la mayor cantidad de horas de exposición de sol y menores precipitaciones la manzana de Liébana tiene unas propiedades especiales destacando un sabor mucho más intenso, menor acidez y mayor cantidad de azúcar Todas estas características se transmiten a la sidra que tiene un sabor que la hace distinta al resto de las sidras, puesto que es menos ácida, mayor cantidad de alcohol (7%) y un sabor intenso a manzana.
En Mermeladas Liebanatural, ofrecen un producto artesanal sin ningún tipo de aditivo para su conservación. Todas sus mermeladas están elaboradas con fruta cortada y pelada a mano manteniendo así todo el sabor y propiedades. Tomamos un bizcocho de naranja que resultó un auténtico descubrimiento, artesanal, sabroso y elaborado con su mermelada, mejor imposible.
La iglesia parroquial de San Jorge de Ledantes atesora las, hasta ahora, escondidas pinturas del altar y la bóveda, además de descubrir un pequeño altar anterior al siglo XVI, en el cual se localizó un ara, así como varias supuestas reliquias, una vasija, o un relicario de madera con tejidos en su interior.
La iglesia fue construida a mediados del siglo XVI sobre otra anterior y escondía tras el retablo unos frescos. Estas pinturas, de origen renacentista, muestran en el centro la lucha entre San Jorge y el dragón; en los laterales, figuran dos santos italianos, Santa Ágata de Catania y San Pedro de Verona; en la parte superior se muestra a Dios omnipresente.
La visita a la Casa de las Doñas es una inmejorable oportunidad para observar un tramo de la evolución en la forma de vida de las comunidades y el modo en que fueron organizando el territorio para garantizar la supervivencia familiar y perpetuar sus estirpes.
Una oportunidad que no te puedes perder, sumergirte dentro de la historia del siglo XX y comprobar in situ como se desarrollaba la vida rural a principios de este este siglo y su conexión con el nuevo mundo y las excolonias.
Después de una ajetreada mañana, a comer en condiciones en Posada de Cucayo, a caballo entre el cielo y la tierra. Marisa, Alberto, Tina y Ana Díez Hoyal pertenecn a una familia de seis hermanos cuyos padres abrieron un bar en la misma localidad, a principios de los 70. Algunos de los hermanos dejaron el pueblo a una edad temprana para estudiar y trabajar fuera, pero siempre albergaron la idea de un proyecto más ambicioso que un día les permitiera volver al pueblo, así nació la posada.
La carta de su comedor está elaborada con productos locales y cocina tradicional casera. La base fundamental de esta cocina es la calidad, dedicación y mimo aprendido desde niñas en los fogones maternos. Es una comida preparada, en su mayoría, con productos de su granja (carne de ternera, de cerdo, huevos, etc.) y huertos, obedeciendo siempre lo obtenido en las distintas estaciones del año.
Mención especial merece el cocido lebaniego preparado con cecina de oveja y carne del matacío, sus guisos de montaña y su selección de postres caseros.
Si el día anterior fue intenso, este no se quedó a la zaga, de hecho lo fue más. Visita a El Coterón. La empresa se fundó en el año 1988 con el nombre de su propietario y fundador Mariano Mier Prieto, comenzando a comercializar su producto al por menor en la zona de Liébana con gran ayuda del distribuidor local y gran amigo José Díez.
En el año 2011 fallece Mariano Mier Prieto, fundador de la empresa Orujos El Coterón, quedando al cargo de ella sus dos hijos, Mariano y Natalia, siendo el primero de ellos el administrador y gerente de la misma.
En Liébana lo que no faltan son queserías, y nos quedaba de visitar alguna más. Una muy representativa de los quesos de la zona es la que continúa. Los quesos Peña Cortés se llevan produciendo desde 1987, en un principio por Ricardo Besoy y pasando posteriormente el testigo a su hija Trinidad. Esta quesería elabora, entre otros, el original queso ahumado que se producía en las cuevas de Áliva, en los Picos de Europa, el cual pertenece a la Denominación de Origen quesucos de Liébana.
Ricardo había hecho mucho queso de chaval, en las cuevas de los puertos de Áliva, ya que él había nacido en Brez y había tradición de, a principios de verano, subir el ganado al puerto, ordeñarlo y elaborar el queso ahumado de Áliva en la cueva. Ricardo cuenta que en aquel entonces solo se elaboraba queso ahumado, ya que era la mejor manera de poder conservarlo.
Tenemos constancia escrita de que, en una cacería de rebecos celebrada en los Picos de Europa, en septiembre de 1912, el rey Alfonso XIII, pudo saborear un exquisito queso ahumado de Áliva que le fue entregado por un vecino del municipio de Camaleño. Tanto le gustó al rey el queso, que nombró a dicho vecino proveedor de la Casa Real.
De aquí a visitar a Tete, todo un personaje y artesano de la madera, una original visita.
Mogrovejo, fue elegido pueblo de Cantabria 2017 por el Gobierno de Cantabria. Es una localidad del municipio de Camaleño (Cantabria, España). Hasta el siglo XIII, este pueblo aparece en los documentos como Luarna, tomando el nombre de una antigua familia que tenía este apellido y a la que perteneció el santo Toribio de Mogrovejo. Todo el conjunto del casco urbano es un Bien de Interés Cultural, con categoría de Conjunto Histórico (1985).
La aldea merece la visita y un paseo entre sus casas y los senderos que la rodean. Puedes visitar la escuela, la iglesia de La Asunción, la torre con la casa señorial anexa (solo por el exterior), y diversas edificacionesque te transportan al pasado.
Cenamos en Casa Clara, la tienda de la quesería de Pido. Antonio y Máximo, los hermanos Briz, comenzaron a elaborar el queso de Pido: «Para darlo a conocer públicamente, como se merece un queso de estas características tan peculiares que lo hace único dentro de la familia de los quesos españoles». Ambos hermanos descubrieron los secretos de queso en el hogar materno.
Tradicionalmente el queso de Pido se hacía en primavera, que era cuando la leche abundaba en las casas.
Anteriormente se mezclaba la leche de vaca y de cabra, se juntaba la leche de una semana o se hacían dos quesos pequeños de unos 400 grs. con unos seis litros de leche. Posteriormente se guardaban en una bodega fresca y se consumían en casa o se bajaban los lunes al mercado.
El queso de Pido se ofrece en dos variedades. Una de ellas es el queso fresco, mientras que la segunda es el tradicional quesuco o curado.
Pernoctamos en Remoña, ¿Qué podría decir de Remoña? No debería decir nada ya que soy un fan incondicional de la casa, de su gastronomía tradicional, del puchero de montaña lebaniego, de sus postres estratosféricamente ricos, de sus instalaciones (recientemente remodeladas), en general de todo.
Este BlogTrip #DescubreLiebana nace gracias a él y así un montón de iniciativas que no hubieran visto la luz si no es por su espíritu inquieto: Mejores Rutas en Picos de Europa, Kilómetro Vertical, Jornadas Europeas de Cine de Montaña en Liébana, Jornadas de la Matanza y un largo etcétera…
Las instalaciones de Turismo Rural Remoña se encuentran en Espinama, un pueblo de Liébana, comarca de Cantabria, situado a 810 m. de altura sobre el nivel del mar. Entre las muchas descripciones de Liébana, en una publicación reciente se puede leer: “Liébana es una de las comarcas cántabras cuya rica etnografía ha logrado hollar la historia del lugar y mantenerse hasta nuestros días, en gran medida gracias a su singularidad geográfica, semirrecluida entre las montañas de la Cordillera Cantábrica, que la separan de Castilla y León y los Picos de Europa, que ejercen de línea divisoria entre el valle lebaniego y la costa” ( A. R. García – L. Palacios).
Ven y volverás, si es que no te quedas para siempre. No serías el primero.
Esa noche dormí como un señor, sin ruidos.
Domingo
El domingo tocaba madrugar para subir a Picos, a ver amanecer y sacar algunas fotos. Subida en los Jeeps de Remoña hasta cerca de Cabaña Verónica. Impresionante, para quedarse a vivir allí. Una mañana todo despejada con un sol radiante. No tengo palabras, os dejaré fotografías.
Como no habíamos subido todos a Picos de madrugada, después de desayunar se subieron en el teleférico. Subida y bajada, hasta la siguiente visita.
Una visita a Liébana no lo es si no te acercas a uno de los lugares santos de la cristandad, Santo Toribio de Liébana. Alberga obras de Beato de Liébana, así como una reliquia del Lignum Crucis, es el trozo más grande conocido de la cruz donde murió Jesucristo. Su Puerta del Perdón se abre al comienzo de cada Año Jubilar Lebaniego para recibir a los peregrinos. Junto a Jerusalén, Roma y Santiago de Compostela, es uno de los lugares santos del cristianismo.
Para comer, y a modo de despedida ese día, el afamado y premiado cocido lebaniego de Hostal Remoña. Remoña atesora unas cuantas joyas de la gastronomía tradicional lebaniega: su COCIDO es el más condecorado de los que hay, sus jornadas de la caza, las jornadas de la matanza y recetas como la oveja, los merdosos y un sinfín de ellas.
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