Hemos Comido…en La Cigaleña, una cena acompañados de una cocina más clásica, anterior a la llegada de José Manuel de Dios.
Junio 2015. Está claro que parte de la cocina anterior se mantiene y esta más que claro el porqué. Si durante tantos años se ha mantenido será por algo, y ese algo, presumo, es que una parte de la clientela lo demanda.
A la vista queda el frigorifico-expositor que nos da una idea de lo disponible. Por cierto, y haciendo hincapié en la demanda tradicional, me fijé en que una gran parte del aforo era extranjero, mucho anglosajón y todos, o la mayoría, estaban tomando huevos fritos con patatas y foie o jamón. También me fijé en que las parejas extranjeras estaban cenando los hombres con un tinto y las mujeres con un blanco, me percaté de esta curiosidad y me llamo la atención; así que mantiene una cocina de corte tradicional con una oferta mucho más novedosa.
Veníamos de tomar un cava en Little Bobby Speakeasy y decidimos continuar con este vino en la cena, en Little Boby habíamos tomado un Segura Viudas Gran Reserva y aquí cambiamos a un Torrelló Gran Reserva. Un vino de color amarillo pálido, aromas de crianza, toques de pan caliente y un bouquet en el que domina la frescura. En el paladar se presenta frutal, dotado de una acidez que le da un final limpio, seco y un poco amargo.
Comenzamos con un tartar de bonito, de los primeros bonitos de esta temporada. Corte grande, bonito, sal, cuatro dados de aguacate y a correr, como debe ser un tartar en toda regla, rezumando sabor a bonito fresco. Delicioso y una ración muy generosa, fue el único entrante y quedamos más que satisfechos. Por cierto, existe la posibilidad de tomar esta ración en la barra, entera o media.
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De segundo tomé carne, un entrecote y Andrés se empeñó en que cambiara de vino. Yo no estaba muy por la labor, pero donde manda patrón no manda marinero, así que a un entrecote hecho a la perfeccción le acompañó un Danjoo-Banessy 2012, un vino de Rosellon, potente y buen acompañante.
¿Cómo es que pido entrecote en La Cigaleña? Pues por que lo había visto en el expositor y ya podía estar en Celler, La Ostería Francescana o en Nomma, que a la vista de ese tipo de carne me lo hubiera pedido. ¿Qué mejor cena que una buena carne acompañada de unas patatas y pimientos? Clásico, más bien paleolítico, pero no por ello menos gozoso.
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Mi acompañante tomó una lubina, que según su criterio no olvidará, muy justa de punto, pero perfecta. En un principio le dio algún reparo que estuviera poco hecha, pero tras probarla me comentó que nunca había probado un pescado hecho de esta manera y tan delicioso. En otro orden de cosas, los vegetales que acompañaban al pescado estaban perfectos, de la manera a la que nos tiene acostumbrados José Manuel.
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Solo yo tomé postre, un tiamisú, pero con el postre Andrés nos sirvio un atípico vino, un Milesti Mici Cahor Ciumai precedente de Moldavia. Son vinos de élite de la «Golden Collection» Milestii Mici, rarezas de la elaboración del vino de Moldavia. Tienen doble maduración: de medio año a varios años los vinos son madurados en barricas de roble, y luego se embotellan y se almacenan en la «Colección de Oro» Milestii Mici no menos de 3 años. Cada botella se embotella con corcho natural y cubierto con lacre.
Este vino está producido a partir de uvas de Cabernet-Sauvignon. El vino es de color oscuro, granate. En nariz frutas con ciruelas, en boca es aterciopelado, con un retrogusto prolongado de chocolate amargo.
En resumen, una noche de lo más fructífera mientras en la calle había una tormenta que daba miedo pues la tromba de agua era espectacular, pero nosotros a cubierto y ante unos buenos vinos, unas buenas viandas y una excelente atención.
Going back to my Roots Richie Havens (Brooklyn, 21 de enero de 1941 – Jersey, 22 de abril de 2013) fue un cantante y guitarrista folk estadounidense. Havens fue conocido por su intenso estilo rítmico de guitarra, por sus versiones de canciones pop y folk llenas de sentimiento, y por su actuación de apertura en el Festival de Woodstock de 1969, que le dio fama mundial.
El salto inicial a la fama se produjo en la escena de música folk de la Greenwich Village, la misma que crio a Joan Báez y a Bob Dylan. En 1967, se convirtió en uno de los múltiples artistas basados en la Village que firmaron con Verve Records y publicaron varios álbumes para sorpresa de algunos.
En 1969, abrió el Festival de Woodstock, aunque estaba programado que fuera el quinto de la lista.2 Su actuación recibió continuas ovaciones y continuó tocando bises hasta que se quedó sin canciones. Al final, decidió improvisar una versión de «Motherless Child», a la que añadió una estrofa con la palabra «freedom» repetida varias veces; la canción apareció en la película Woodstock y se convirtió en un éxito internacional.
Llegaría a grabar el éxito de los Beatles Here comes the sun, que ascendió en la listas de Billboard en la década de los 70.